sábado, 1 de febrero de 2014


Estreno de la Compañía D´Okokán en la Semana de la Cultura Holguinera

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·         Por: Maribel Flamand Sánchez

 


Luego de un fructífero cierre de año 2013, cuando varios de sus integrantes logaron, evaluación mediante, ascender hasta la máxima categoría en sus niveles técnicos, la compañía de danza D´Okokán, de la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos de Holguín, se prepara para estrenar el 2014 con una nueva rumba que presentará en la gala de apertura de la Semana de la Cultura Holguinera, por celebrarse del 14 al 18 de este mes.

Se trata de una versión de la canción “Holguín” que el afamado cantautor santiaguero Eliades Ochoa creó hace más de dos décadas atrapado por los encantos de la “Ciudad de los Parques”, y que Armando Duany, director de la Compañía, llevó a rumba, género que forma parte del repertorio de D´ Okokán y con el cual ha conseguido importantes reconocimientos, como es el caso de “El Necio”, de Silvio Rodríguez, que a menudo le solicitan.

Este 2014 D´ Okokán llegará a sus 22 años salvaguardando y desarrollando la música y las danzas afrocubanas en las cuales incursiona sin distingos de género o región del país donde tuvieron asiento primario y haciendo suyo también el legado de la música y la danza campesina, así como los bailes tradicionales y populares cubanos.

Cada nuevo año significa una nueva meta para los bailarines, músicos, cantantes y personal de apoyo de esta Compañía. El reto para el 2014 es conquistar el primer nivel como agrupación y continuar brillando, como hasta ahora, en los festivales de su especialidad que se realizan en diferentes provincias del país, como el Internacional de Raíces Africanas “Wemilere”, que cada noviembre tiene por sede al municipio de Guanabacoa, en La Habana

Soy el nieto del esclavo


Armando Duany

Soy el nieto del esclavo

Rubén Rodríguez / ¡ahora!


 

Repica Añá. La voz del tambor que despierta a Olorum, el Sol. Pies que danzan se deslizan por la calle con sonido de lija sobre madera. Tambores como truenos de primavera… Cada mañana, los vecinos de la calle 9 del reparto Villa Nueva despertamos con los toques de tambor, el tintineo de metales, los cantos rituales.

 

Ensaya D’Akokán, la compañía folclórica que dirige el maestro Armando Duany, mi vecino. En las largas jornadas de construir mi casa hacíamos de albañiles y me contaba de Cicán, la doncella pez de cuya piel hicieron un tambor por revelar los misterios sagrados de los Abacuá o de su proyecto de libro Mitos y leyendas de la Antigua África.

 

En el último Wemilere de Guanabacoa, artistas nigerianos elogiaron las danzas de D’Akokán. En su casa se apilan los trofeos ganados en buena lid en el carnaval holguinero y otros eventos. Por estos días se prepara para coreografiar El viejo y el mar con toque afro. Músico, bailarín y cantante, el santiaguero Armando Duany Silegas (46) sueña en grande pero con los pies en la tierra.

 

Lleva la música en la sangre porque nació en Los Olmos, un popular barrio de la ciudad de Santiago de Cuba. En la cuartería donde creció se bailaba rumba y se hacía el bembé o fiesta de santo.

 

“Un hermano mayor me enseñaba las técnicas de judo y el kárate, pero mi hermana me exhibía en cada fiesta del barrio, donde la gente aplaudía al hermanito bailador. El judo y el kárate dolían pero la danza me proporcionaba placer.

 

“Crecí viendo a las personas enajenarse con la danza y el canto a los Orishas, viéndolas vestir de rojo y negro, rojo y blanco, amarillo y verde… según su ángel de su guarda. Todo esto me condujo hacia un sitio donde escuchaba la misma música y se danzaba de igual manera: el ballet folclórico Cutumba, compañía profesional de mucho prestigio en el país”.

 

Mucho tuvo que ver su cuna ardiente con el destino de Duany pues, como dice, “Santiago es una ciudad heterogénea, donde no sólo se baila el bembé y la rumba. Allí convergen también ritmos llegados desde El Caribe, como el gagá, el vodú, el calipso y el reggae, entre otras manifestaciones”.

Contrario a lo que se piensa, en el “callejón de Duany”, en pleno ensayo, puede uno toparse con un foueté bien ejecutado…

La técnica del ballet es elemental para la preparación de un bailarín. Es la base, sea cual sea el género de la danza a que posteriormente se dedique. Para llamarte bailarín debes conocer la técnica corporal de lo clásico. Las primeras escuelas para bailarines fueron las de ballet, luego las de danza moderna, con Isadora Duncan que, por supuesto, tuvo una formación clásica.

“Es un error pensar que un bailarín folclórico carece de técnica o que no la necesita. Quien se llame bailarín tiene que estar en condiciones de asumir cualquier género de la danza y, por ende, mantener la estética corporal para poder expresar con fluidez el mensaje coreográfico”.

No en vano exige a sus bailarines “las mismas condiciones de un bailarín clásico o de danza contemporánea: conocer sus raíces, los géneros que interpretan sean nacionales o internacionales, versatilidad, posibilidad de desdoblarse también como músico y cantante, así como un alto nivel de captación, fijación e interpretación”.

De casta le viene al galgo…

“Mis dos hijos mayores son primeros bailarines de la academia que es la compañía D’Okokán. El tercero cursa el primer año de la especialidad de Danza en la Vocacional de Arte Raúl Gómez García, de esta ciudad. Soy sincero cuando te digo que no influí en su decisión de optar también por la danza. Fue una elección personal. Dijo que quería ser como su papá y sus hermanos e incluso mejor que nosotros. Qué mayor dicha que ver a mis hijos compartir conmigo el escenario, que siguieran mis pasos por su propia elección.

“Cuando llegué a Holguín era sólo Armando Duany, el bailarín; hoy son Erlin, Dadiagny, Armandito y mi sobrino Alexis. También tengo dos nietos en los cuales no influiré, pero qué se puede esperar de ellos viendo y escuchando tocar tambores diariamente”.

“Los mayores tienen conciencia plena de la responsabilidad ante el trabajo y la profesión que ejercen, aún así siempre enfatizo en que me quieran como padre y me respeten como director. Al menor le exijo más, pues con tan sólo nueve anos me desafió al decirme que sería mejor que yo y usted no se imagina cuán orgullosos somos los bailarines”.

Ser empírico no le hace un enemigo de la Academia, todo lo contrario:

“No soy egresado de una escuela de arte pero me hubiera gustado formarme en una de ellas, de ahí la gran importancia que le concedo a la permanencia de Armandito en la EVA, donde estoy muy agradecido por el nivel de los profesores que guían su formación académica.

“Aún así puedo afirmar que soy un bailarín de academia pues las compañías a las cuales tuve el privilegio, la dicha y la satisfacción de pertenecer fueron las formadoras, no de mi oficio, sino de mi vocación.”

Hace años, un solo de Duany bordando un oricha inigualable me mantuvo en vilo. Su caracterización unía a la fuerza del personaje la sobrenaturaleza de una deidad. Él era Shangó…

“Los bailarines se olvidan no pocas veces de que también son intérpretes escénicos. Me asombro cuando alguien trata de establecer diferencias entre actores y bailarines porque la danza se complementa cada vez más con la actuación. ¿Es que no han visto bailar a Alicia Alonso, Gene Kelly, Carlos Acosta… la expresión de sus rostros y lo que expresan con cada movimiento del cuerpo? ¿Si los actores bailan, por qué los bailarines no pueden actuar?

“Al igual que los actores estudio a mis personajes, por eso cuando interpreto a Shangó, orisha del trueno, el rayo y la virilidad, no es Duany quien está en escena sino esa deidad africana. Bailar es mucho más que mover la cintura”.

Dicen que cada maestro tiene su librito, ¿cuáles son tus reglas como coreógrafo? ¿Cómo montas una coreografía?

“No tengo un profesor de coreografía, pero he observado mucho y a muchos. Tampoco tengo reglas; me gusta leer y Hemingway es de mis preferidos. Estudio fervorosamente los pataquíes yorubas y hasta he escrito algún que otro cuento. Leer me estimula la creación, sueño con lo leído y trato de convertir mis sueños en realidad”.

Cuál es el sello de D’Okokán, además de danzar latiendo como un corazón…

“Jamás me he detenido a establecer comparaciones entre una compañía y otra, aunque siempre asimilo lo positivo de las demás. A D’Okokán le exijo tanta disciplina como calidad interpretativa. Estos son los elementos que nos distinguen: disciplina, calidad, consagración en la escena, la fortaleza con que se baila, alto nivel de interpretación, el dinamismo de nuestras coreografías…”

Varios son los premios obtenidos por la compañía, porque “del rigor y el esfuerzo cotidiano se recogen los frutos, por eso exijo sacrificio y resultados”; sin embargo, Duany afirma que no trabaja para premios sino para el público que con sus aplausos retribuirá o no su obra y confiesa: “Un galardón importante sería que Holguín me abriera las puertas de sus escenarios con mayor sistematicidad, no de la manera esporádica como ocurre”.

Duany no subestima los montajes de comparsas y paseos para el carnaval holguinero, especialmente la comparsa de Vista Alegre; además de rigor y corazón, tiene en cuenta los aspectos que rigen la correcta realización artísticas como la escenografía, el vestuario, el uso adecuado del color, los atuendos necesarios para cada cuadro, las danzas y sus mensajes y explotar las potencialidades del bailador, “como artífice fundamental en el logro del objetivo propuesto”.

¿Por qué es tan importante la participación en eventos como el Olorun camagüeyano, el Wemílere de Guanabacoa y la Fiesta del Fuego santiaguera?

“Son eventos a donde se acude no sólo a mostrar lo que tienes sino a confrontar y aprender de los demás, de las personas que tienen superior nivel de información, por las posibilidades de lidiar con mayor cantidad de agrupaciones similares nacionales y extranjeras e incluso de llevar su arte a escenarios foráneos. Los festivales te dan la oportunidad de renovarte por la diversidad de manifestaciones del género que confluyen y que son la raíz de nuestras tradiciones e idiosincrasia”.

Se tiende a hacer una “cultura para el turismo” que distorsiona, simplifica o vulgariza la auténtica cultura nacional. Ustedes se presentan habitualmente en espacios turísticos sin hacer concesiones. ¿Cuál es la receta?

“Disciplina y rigor artístico son nuestras credenciales para actuar ante cualquier público y el turismo no es la excepción. Integramos el catálogo de excelencia del Centro Provincial de la Música y es precisamente esta la garantía para nuestras presentaciones en el Polo Turístico”.

Sin embargo…

“Los organizadores y programadores de eventos y galas en nuestro territorio priorizan otras manifestaciones e incluso a agrupaciones homólogas de otros territorios aún cuando no nos superan ni en calidad ni en repertorio. El folclor afrocubano todavía está signado por el diablillo de la marginalidad y se obvia intencionalmente el valor que tiene la cultura negra en la conformación de la nacionalidad cubana. En nuestro caso, la participación en eventos se limita generalmente a tocar conga en el desfile inaugural a sabiendas de que la conga es sólo una expresión dentro de nuestro repertorio”.

Agrega como necesidades del grupo, su evaluación profesional, que solicitaron hace cinco años y es parte de la superación constante, también ganar mayor espacio frente al público holguinero y resolver el tan necesario local para ensayos.

En sitio especial de la memoria guardan su participación en la gala por el último 26 de Julio…

“Es uno de los mayores reconocimientos que hemos recibido, un aval significativo en el historial de la agrupación, también la oportunidad de brindar, a través de nuestro arte, nuestro pequeño aporte a la Revolución y a Holguín. Fue un gran honor compartir escenario con lo mejor de la cultura holguinera”.

En un mundo de dioses y leyendas vive Duany. Sin embargo, paradójicamente, confiesa:

 

“Si te dijera que no creo te estaría mintiendo; si te dijera que creo, también: yo soy el nieto, el bisnieto, el tataranieto del esclavo, y en mi hombro llevo la marca del látigo…”

 

Es la hora en que los cuerpos no tienen sombra. Olorum brilla sobre las cabezas, hace arder las espaldas bajo las mallas empapadas... Han sudado como macheteros y trabajado como carreteros. Pero valió la pena Bajo el sol de mi país, está latiendo un corazón. D’Okokán.

Cuadro:
Creada en 19…, la compañía D’Okokán incursiona en la mayoría de las manifestaciones músico danzarias cubanas, con más de 50 creaciones coreográficas en repertorio. La integran siete parejas de bailes, tres cantantes, seis músicos, así como utileros, vestuaristas y maquillistas