Por: Maribel Flamand
Ser coreógrafo y director artístico de una de las comparsas de esta ciudad le han propiciado grandes satisfacciones, como haberse adueñado por cinco años consecutivos de los premios a la Mejor Coreografía de Paseos y Comparsas, Mejor Coreógrafo del Carnaval y este año el de Mejor Espectáculo del Carnaval, otorgado por primera vez.
Pero no es específicamente ésta su ocupación, Armando Duany es el director de la compañía de danza folclórica D Okokán, nombre tomado del dialecto yoruba y que traducido al español significa De a corazón.
-¿Tiene este denominativo algo que ver con la manera de hacer la danza?
-“Todo en la vida debe hacerse con amor, las cosas positivas e incluso las negativas, de lo contrario el resultado no es bueno. En lo particular, cuando creo una obra siento como si me naciera un hijo. Mi danza es el reflejo del alma, la llevo en la sangre y ese líquido es impulsado por el corazón, es el motivo por el cual nos nombramos D Okokán, porque con el corazón trabajamos”.
- Estudiaste derecho, ¿por qué ese cambio de oficio tan drástico?
-“Son dos escenarios en los que me gusta estar, pero la abogacía es muy seria, en el arte la formalidad es variable, por eso opté por ella, va más con mi carácter; y no con no ser capaz de enfrentar realidades y responsabilidades”.
-¿Qué lugar ocupa la danza en tu vida, te hace feliz?
-“Siento que la danza soy yo y eso me hace un hombre feliz”.
- ¿Cuándo comenzaste tus amoríos con esta manifestación de las artes escénicas?
-“Nací en Santiago de Cuba, a tres cuadras de donde la famosa conga de Los Hoyos realiza sus ensayos. En mi barrio el bembé y la rumba eran cosas naturales, formaban parte de la cotidianidad de la gente que allí vive. Esa fue la génesis. En 1980 integré el grupo folclórico Guillermo Moncada, perteneciente al movimiento de aficionados, luego me incorporé a la compañía folclórica Cutumba, también fui parte del Ballet Folclórico de Oriente, hasta crear la mía”.
-¿También eres el coreógrafo de tu compañía? ¿De qué fuentes bebes para crear?
-“La experiencia adquirida en las agrupaciones y de los coreógrafos con que he trabajado es valiosa, pero como indica el significado de la palabra folclor – costumbres, tradiciones- acudo a la parte de la historia que tiene que ver con nuestra raíz africana, a los textos escritos por investigadores como Don Fernando Ortiz, también busco testimonios de fuentes vivas y trato de mantenerme informado sobre todo cuanto ocurre en torno a la danza folclórica en el país, como los festivales de Guanabacoa, Camaguey y Santiago de Cuba”.
-¿Dicen los entendidos que eres buen bailarín y mejor intérprete del orisha Sangó, afirman que como tú pocos interpretan a ese rey del panteón Yoruba?
-“Los especialistas respetan mi forma de danzar y al público le gusta como lo hago; las valoraciones se las dejamos mejor a ellos para no caer en autosuficiencias, pero me gusta como bailo”.
-Todos tenemos satisfacciones e insatisfacciones, cuáles son las tuyas como artista.
-“Para entender a un artista hay que serlo o tener sensibilidad artística y esta es una de mis insatisfacciones, el tener que lidiar inevitablemente con personas que te tratan igual que a un saco de papas; no hablo de privilegios, sino de que se te respete como individuo.
“Uno de los mejores reconocimientos que he recibido en mi vida artística y la mejor satisfacción es ser miembro de la UNEAC”.
- Afirman que de músicos, poetas y locos todos tenemos un poco, pero en realidad ejecutas con acierto los instrumentos de percusión y haces tus propios montajes musicales, pero prefiero que me hables de tus cuentos publicados e inéditos.
- -“Ese gran maestro del periodismo que fue Pedro Ortiz era mi amigo. Cierto día visitó mi casa y yo estaba escribiendo un guión, el pidió leerlo y cual fue mi asombro cuando dijo. “esto es un cuento”. Ese fue el punto de partida y el resultado fue la publicación de un cuento – Ituto-en el suplemento cultual Ámbito; posteriormente gané una mención en el concurso El Narrador Calixteño. Inéditos tengo varios, tal vez algún día se conozcan”.
